Intervención en TDA-H

El trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad. En el 70% de los casos está asociado a otros trastornos comórbidos (los más frecuentes: trastorno negativista desafiante, trastorno de ansiedad, trastorno del sueño y trastorno del aprendizaje) 

Para diagnosticar el TDAH es imprescindible que los síntomas nucleares se presenten: desde una edad temprana antes de los 12 años, con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño, que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar, familiar y social. Así mismo no deben ser causados por otro problema médico. Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se identifique en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la disfunción en las relaciones sociales.

El TDAH tiene una importante repercusión en casi todas las áreas de la vida del niño, y esto impacta en la dinámica familiar y escolar. Además de todo esto en algunos casos pueden presentar un desorden de procesamiento sensorial de base, con una marcada búsqueda sensorial que acentúa las dificultades y precisa de una intervención específica desde el enfoque de Integración Sensorial de AYRES (ASI®)

Ofrecemos un programa innovador interviniendo en entornos naturales y centrándonos en la participación y el desempeño óptimo de sus actividades de la vida diaria. En partimos de la motivación del niño, y usamos el juego en la mayoría de las ocasiones para conseguir los objetivos planteados. Dotamos a la familia de las estrategias psicopedagógicas, conductuales y sensoriales necesarias para conseguir la autorregulación del niño, el control de la conducta, mejor rendimiento académico y, en definitiva, una mejor calidad de vida.

Los síntomas nucleares del TDAH son independientes unos de otros. No todos los niños con el trastorno manifiestan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Es decir que un niño con TDAH puede manifestar sólo uno de estos tres síntomas: déficit de atención, hiperactividad o impulsividad. Un estudio reciente calcula que la prevalencia en España es del 6,8% (Catalá-López F, Periró S, Ridao M et al. BMC Psychiatry. 2012;12:168.)

A menudo se diagnostican erróneamente casos de TDAH, especialmente en niños menores de seis años, confundiendo ciertas conductas con el Desorden de Procesamiento Sensorial (DPS) Es frecuente confundir las conductas de impulsividad con las de búsqueda de sensaciones (a nivel propioceptivo o vestibular: se mueven demasiado, mueven brazos y piernas en exceso, se levantan constantemente de la silla mientras comen o están en clase, etc.), o por ejemplo pensar que es agresividad cuando lo que está sucediendo es que hay una respuesta de hipersensibilidad táctil o defensa táctil. Por otro lado un mal procesamiento sensorial afecta también a la capacidad de atención. Es importante por ello realizar una valoración del procesamiento sensorial por parte de un Terapeuta Ocupacional experto para asegurarnos de que ésta no es la razón por la que el niño no está teniendo un buen desempeño. Nuestros terapeutas son especialistas en la valoración y el tratamiento desde el enfoque de Integración Sensorial de AYRES (ASI®)

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