El juego es una actividad natural del aprendizaje. Es la ocupación más relevante de un niño. Ayuda a la exploración, al autoconocimiento, a la comunicación y a la relación con los demás. Desde que nacemos jugamos, primero a través del desarrollo sensoriomotor y después a través del intelecto y la cognición. En el juego expresamos nuestras preferencias, ideas, miedos,… Nos ayuda a entender el mundo tal y cómo es representando a través del mismo lo que percibimos y sentimos. Y a partir de determinada edad el juego es crucial para la plena inclusión social.
Por diferentes razones hay niños que presentan dificultades en el desarrollo del juego. Normalmente unido a problemas en las diferentes áreas (desarrollo motor, cognitivo, del lenguaje y/o disfunción de procesamiento sensorial) Esto afecta directamente a su capacidad para explorar, para crear, para desarrollarse física y mentalmente, y en último lugar para relacionarse con los demás.