En la actualidad existe un consenso en considerar la Parálisis Cerebral Infantil como un grupo de trastornos del desarrollo del movimiento y la postura, causantes de limitación de la actividad, que son atribuidos a una agresión no progresiva sobre un cerebro en desarrollo, en la época fetal o primeros años. Puede ser debido a diferentes etiologías. El trastorno motor de la parálisis cerebral con frecuencia se acompaña de trastornos sensoriales, cognitivos, de la comunicación, perceptivos y/o de conducta, y/o por epilepsia.
El Daño Cerebral Adquirido Infantil es una lesión repentina en el cerebro. Se caracteriza por su aparición brusca y por el conjunto variado de secuelas que presenta según el área del cerebro lesionada y la gravedad del daño. Estas secuelas provocan anomalías en la percepción, alteraciones físicas, cognitivas y emocionales. El origen de este daño cerebral adquirido puede ser: ictus pediátrico, traumatismos craneoencefálicos, epilepsia, tumores y enfermedades como la encefalitis y otras enfermedades cerebrales.
En ambos casos se pueden ver afectadas funciones como: el nivel de alerta, la memoria, el control motor, la recepción de información, el procesamiento sensorial, la comunicación, la cognición, los aprendizajes, las emociones y las actividades de la vida diaria. La Neurorehabilitación ayudará en la mejora del desarrollo, la autonomía personal, la calidad de vida, la participación y la inclusión social del niño.