El trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad y/o impulsividad. En el 70% de los casos está asociado a otros trastornos comórbidos (los más frecuentes: trastorno negativista desafiante, trastorno de ansiedad, trastorno del sueño y trastorno del aprendizaje)
Para diagnosticar el TDAH es imprescindible que los síntomas nucleares se presenten: desde una edad temprana antes de los 12 años, con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño, que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar, familiar y social. Así mismo no deben ser causados por otro problema médico. Pese a que pueda existir sospecha clínica en niños de menos de 6 años el diagnóstico de TDAH requiere haber superado esta edad. Además, es frecuente que el TDAH se identifique en los niños cuando comienza la educación primaria, coincidiendo con dificultades en el rendimiento escolar y la disfunción en las relaciones sociales.